El oxígeno es un componente muy importante de la atmósfera, porque permite que todos los seres vivos respiremos: el oxígeno es el responsable de la oxidación, y… la respiración es una forma de oxidación. ¿Cómo es esto? La oxidación se da cuando un átomo pierde un electrón, pudiendo unirse a un otro elemento (como el oxígeno) y conformar un compuesto nuevo. En el caso de la respiración, el oxígeno se combina con la hemoglobina de la sangre en los capilares pulmonares, para ser transportado hacia cada célula de nuestro organismo.

¿Y de dónde viene el oxígeno? ¡La mayor parte del oxígeno que hay en la atmósfera viene de las plantas! Generan el 98% del oxígeno de la atmósfera gracias al proceso de fotosíntesis.

La fotosíntesis consiste en un proceso por el cual las plantas absorben del suelo y del aire nutrientes, agua y dióxido de carbono, y, gracias a la energía del sol, generan moléculas orgánicas que les permiten crecer y desarrollarse. Un desecho de este fenómeno es… ¡el oxígeno! Es liberado al medio (que puede ser el agua o el aire), y, en última instancia, llega a la atmósfera, donde es consumido por todos los animales.

La fotosíntesis es un eslabón clave en la cadena del ciclo del oxígeno, por medio del cual éste se regenera sin agotarse.