Día del Corazón: El colesterol – Desafios Educativos

Día del Corazón: El colesterol

El colesterol “malo” es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. ¿Qué es? ¿Cómo se genera? ¿Cómo prevenirlo?

Esteroles y colesterol

Los esteroles son un tipo de grasas naturales que se encuentran en nuestro organismo.

El colesterol es el tipo más importante de esterol que se halla en nuestro cuerpo, y forma parte de membranas celulares, lipoproteínas, hormonas esteroideas y ácidos billares. Cumple funciones esenciales en nuestro organismo: por ejemplo, interviene en la formación de las membranas plasmáticas de las células, que son aquellas que regulan el intercambio de sustancias entre el interior de la célula y su medio. Es, además, precursor de la vitamina D, de hormonas sexuales y corticoesteroidales, entre otras.


¿Cómo surge?

El colesterol presente en nuestro organismo puede ser de origen externo o interno. Este último es aquel que es producido por nuestro propio cuerpo.

Por su parte, el colesterol externo se genera a partir del consumo de alimentos ricos en colesterol, como los huevos, los lácteos y las carnes. El organismo absorbe cerca del 50% del colesterol presente en la dieta. Se genera principalmente en el hígado, órgano responsable del 10% de la producción total de colesterol en nuestro cuerpo; ovarios, testículos, corteza suprarrenal e intestino son otros importantes productores del mismo.


¿“Bueno” o “malo”?

Siempre escuchamos que existe colesterol “bueno” y colesterol “malo”. La diferencia está en el rol que cada uno cumple en nuestro cuerpo.

Al ser una grasa, el colesterol es poco soluble en el agua, y se desplazaría libre en la sangre tomando la forma de gotas de grasa de no ser por la acción de las lipoproteínas. Estas sustancias permiten hacer soluble el colesterol para que pueda ser transportado a través de la sangre.

Se conoce como “bueno” al colesterol asociado con la lipoproteína HDL, que tiene por función hacer llegar el colesterol de los tejidos hasta el hígado, previniendo los excesos de colesterol en el organismo. Por el contrario, el colesterol “malo” es aquel asociado con la lipoproteína LDL, de baja densidad, que transporta el colesterol del hígado al resto del cuerpo. Esto puede tener graves impactos en la salud, ya que lleva a la formación de placas de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos, que reducen el diámetro de las arterias y las taponan, produciendo enfermedades cardiovasculares.

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Prevención

Una alta presencia de colesterol “malo”, entonces, es un importante factor de riesgo para la ocurrencia de enfermedades cardiovasculares. Esto puede, sin embargo, prevenirse gracias a una dieta equilibrada y a la actividad física.

En relación con la dieta, se recomiendan diferentes medidas: reducir y limitar el consumo de alimentos ricos en colesterol (carnes, lácteos, huevos, etc.); y reemplazarlos por alimentos bajos en grasa (por ejemplo, el pollo sin piel, el pescado, el atún en agua, la leche descremada, etc.). Aumentar, a su vez, el consumo de agua (8 vasos de líquidos por día), frutas y vegetales (el esterol vegetal es considerado extremadamente beneficioso para el organismo).

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El ejercicio físico, por su parte, ayuda a controlar el peso y reducir los niveles de grasa sanguíneos; favorece, además, la presencia de la lipoproteína asociada al colesterol “bueno”.

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