La figura de San Martín es tan admirada que sus documentalistas no solamente se detienen en su patriotismo, en su compromiso con la libertad de millones y su rol en la historia del continente, sino también en su talento como estratega militar. Algunas de sus tácticas en el campo de batalla, aún son estudiadas en academias de todo el mundo; entre ellas, el Cruce de los Andes (12 de enero a 8 de febrero de 1817) se ha convertido en una verdadera epopeya.

El Ejército de los Andes tenía 5200 hombres, 10.000 mulas de silla y carga, 1600 caballos de pelea para maniobrar en el llano, 600 reses en pie para ser faenadas en el camino, 900 tiros de fusil y carabina, 2000 de cañón a bala, 2000 de metralla y 600 granadas. Además, contaba con todos los aprovisionamientos más necesarios para la campaña. Es sabido que el Libertador resolvió dividir su ejército en varios regimientos, que abordarían la cadena montañosa a través de seis pasos distintos con el objetivo de confundir al gobierno realista. Del otro lado del telón de tierra, tendrían lugar las batallas de Chacabuco, Cancha Rayada y, la decisiva, Maipú.

Ahora que ya conocés el equipamiento con que contaba el Libertador para la odisea, investigá quiénes eran los principales militares que lo acompañaban y qué regimientos tenían a bajo su cargo. Muchos de ellos también se han convertido en próceres continentales.

Describí, a partir de la información acopiada, cómo dividió San Martín al Ejército de los Andes para efectuar el histórico cruce.