En el siglo XIX muchos escritores con ganas de renovar sus temas de escritura, iniciaron viajes a lugares exóticos. Oriente era uno de los destinos más elegidos, porque allí muchas cosas resultaban diferentes a todo lo conocido hasta el momento: paisajes, costumbres, personas. ¡El idioma! Todo era interesante para los ojos nuevos que se animaban a recorrer espacios desconocidos.

Luego de estos viajes, ellos escribían sus sensaciones y experiencias, describían los paisajes y creaban historias en ellos, con elementos de la realidad y otros imaginados.

Toda esta literatura enriqueció mucho la experiencia de los lectores que, sin poder subir a naves extraordinarias, podían viajar con la imaginación y de la mano de las palabras.

Alguna vez ¿realizaste o imaginaste algún viaje extraordinario? ¿Te animás a escribirlo? Pensá lugares, personas, casas… Imaginá situaciones divertidas o raras: exploraciones, aventuras o encuentros sorprendentes.