La discriminación hace referencia a cualquier acto o comportamiento que tiene por objeto o resultado la violación de los derechos humanos fundamentales que todas las personas disfrutan en pie de igualdad.  En ese sentido, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 2013 al 1 de marzo como el Día de la Cero Discriminación.

El derecho a la no discriminación implica que todas las personas reciban un trato digno: que se respete su dignidad humana, autonomía, privacidad y confidencialidad, y que se les garantice la ausencia de coacción y abuso en igualdad de condiciones.

El Día de la Cero Discriminación representa una oportunidad para recordar que todo el mundo puede tomar parte en la transformación e involucrarse para alcanzar una sociedad igualitaria y justa.  Al Día de la Cero Discriminación lo hacemos entre todos.

¡Estar atentos ante la discriminación! La discriminación puede darse en cualquier lugar: en un consultorio, en el trabajo, en el colegio, en el hogar o en la comunidad. Además, la discriminación no sólo afecta a individuos o grupos de personas discriminados, sino que nos daña a todos:

• Discriminar a las personas por motivos raciales causa sufrimiento individual y debilita la cohesión social.
• Limitar el acceso a la educación a las mujeres a las mismas oportunidades que los hombres es la forma de sexismo más extendida.
• Estigmatizar a las personas que viven con el VIH hace que se sientan menos motivadas para someterse a pruebas y recibir una atención y un tratamiento sanitario que pueden salvarles la vida, e inhibe los esfuerzos para poner fin a la epidemia de sida.
• Todas las personas pueden tomar medidas para hacer frente a la discriminación y fomentar la aceptación: hacerse sentir y oír cuando algo está mal o alguien está siendo tratado de forma injusta, sensibilizar, apoyar a las personas que ya han sido discriminadas y fomentar los beneficios de la diversidad y la igualdad.