En el Día mundial de lucha contra la desertificación y la sequía, la ONU subraya la importancia del compromiso de todos con la recuperación de las tierras y la lucha contra la degradación de los ecosistemas.

La degradación de los suelos es la pérdida de condiciones de productividad o fertilidad, acompañada por la consecuente disminución de la biodiversidad natural. Entre sus causas, pueden identificarse la presencia de sequías prolongadas y las prácticas no sustentables por parte de los productores. El calentamiento global agrava la situación, debido al incremento de las temperaturas en las zonas áridas.

El problema de la desertificación y la degradación de los suelos, que afecta a más del 50% de las tierras agrícolas, no puede pensarse como un desafío aislado: el suelo se encuentra en constante interrelación con el resto de esferas del medioambiente, y sus ciclos, manteniendo un equilibrio en constante transformación.

¡Sumate al desafío de construir un futuro sustentable! ¡Que nuestros compromisos formen oasis en los desiertos!