8 de enero: Galileo Galilei
Matemática, Física, Tecnología | 8 enero, 2023¡Hoy el mundo gira en torno a Galileo Galilei!
El 8 de enero de 1642 fallecía en la ciudad de Toscana el padre de la ciencia moderna, motor de la revolución científica del Renacimiento y uno de los físicos más prodigiosos de la historia: Galileo Galilei. Entre sus logros, se destacan haber formulado las primeras leyes sobre el movimiento, confirmado la teoría heliocéntrica copernicana con sus observaciones telescópicas e introducido la metodología experimental.
Galileo Galilei nació en Pisa, Italia, el 15 de febrero de 1564. En 1581ingresó en la Universidad de Pisa, donde se matriculó como estudiante de medicina por voluntad de su padre. Cuatro años más tarde, sin embargo, abandonó la universidad sin haber obtenido ningún título; entretanto, se había producido un hecho determinante en su vida: su iniciación en las matemáticas. En Florencia y hacia 1585, Galileo pasó varios años dedicado al estudio de las matemáticas, aunque también interesado también por la filosofía y la literatura.
A diferencia de sus antecesores, que fundaban sus teorías en la especulación, Galileo partía de la observación de los hechos, sometiéndolos a condiciones controladas y mesurables en experimentos. De la observación surgían hipótesis que habían de corroborarse en nuevos experimentos y formularse matemáticamente como leyes universalmente válidas, ya que según un célebre concepto suyo: “el Libro de la Naturaleza está escrito en lenguaje matemático”. ¡Así nacía la metodología experimental de la ciencia moderna!
En 1595 ofreció una explicación de las mareas que supone un movimiento anual y otro diario de la Tierra, lo que se considera su primera manifestación de copernicanismo (mientras que el sistema astronómico de Ptolomeo afirmaba que la Tierra permanecía inmóvil en el centro del universo). En tanto, En 1609, inspirado en el instrumento construido por un holandés llamado Lipperhey, que permitía magnificar el tamaño de los objetos distantes, Galileo propone construir el suyo propio, con más aumentos que el original. Ofrece su telescopio al Senado de Venecia y es recompensado por el aumento de su salario al doble y la garantía de una plaza vitalicia en la Universidad. Consiguientemente dirige su telescopio hacia las estrellas y planetas, y en diciembre de ese mismo año realiza sus famosos descubrimientos astronómicos (montañas de la Luna, fases de Venus, satélites de Júpiter) que publicará en su obra «Sidereus Nuncius», en marzo de 1610.
En diciembre de 1615 Galileo se traslada a Roma, para dar cuenta de sus opiniones ante la Inquisición. En febrero, las autoridades eclesiásticas declaran que la hipótesis de que el Sol está en el centro del Universo es filosóficamente absurda y formalmente herética; y que aseverar que la Tierra se mueve alrededor del Sol es filosóficamente absurdo y erróneo teológicamente. El Cardenal Bellarmino comunica a Galileo la prohibición de defender la teoría copernicana.
Luego de la publicación de su obra “Diálogos”, en la que cuestiona abiertamente el aristotelismo y se efectúa una defensa cerrada de las teorías copernicanas, en 1633 es interrogado y juzgado por la Inquisición.
Galileo fue encontrado culpable y pese a la renuncia a defenderse y a su retractación formal, fue obligado a pronunciar de rodillas la abjuración de su doctrina y condenado a prisión perpetua. Varias de sus obras ingresaron en el Índice de libros prohibidos y no salieron de él hasta 1728. Según los trascendidos históricos, tras renunciar públicamente a sus creencias, golpeó enérgicamente con el pie en el suelo y declamó delante de sus perseguidores: “¡Y sin embargo se mueve!” (Eppur si muove, refiriéndose a la Tierra).
El físico cumplió la pena en su quinta de Arcetri; a su padecimiento moral le sumaron el artritismo y la ceguera. Sin embargo, completó su última obra: “Discursos y demostraciones matemáticas en torno a dos nuevas ciencias”, publicada en 1638. En ella partía de la discusión sobre la estructura y la resistencia de los materiales para sentar las bases físicas y matemáticas orientadas a un análisis del movimiento que le permitió demostrar las leyes de caída de los graves en el vacío y elaborar una teoría completa del disparo de proyectiles.
En la noche profunda del 8 de enero de 1642, Galileo falleció en Arcetri, acompañado por dos de sus discípulos, Vincenzo Viviani y Evangelista Torricelli, quienes convivían con él desde hace años.
En 1992, exactamente tres siglos y medio después del fallecimiento de Galileo, la comisión papal a la que Juan Pablo II había encargado la revisión del proceso inquisitorial reconoció el error cometido por la Iglesia católica.