El debilitamiento de la capa de ozono es uno de los problemas ambientales más serios que afectan al planeta. Los científicos aseguran que es una de las causas del cambio climático. Es por ello que resulta tan importante su cuidado y resguardo, ya que la vida en nuestro planeta está en riesgo.

El ozono es un gas que se encuentra concentrado en la atmósfera entre los 20 y 50 km de altura, formando una especie de capa protectora. Cerca del 10% se halla en la tropósfera, y el resto en la estratósfera. Este gas es el responsable de filtrar los rayos nocivos del Sol que llegan a nuestro planeta. Por lo tanto, sin la presencia de esta capa, los rayos ultravioleta penetrarían la atmósfera hasta llegar a la superficie terrestre, impidiendo el desarrollo de la vida de múltiples especies.

¿Cómo se ha deteriorado?

Se dice que esta capa de gas ozono se ha deteriorado o adelgazado hasta tal punto de verse reflejada como un “agujero”. Lo que sucede es que el ozono desaparece al entrar en contacto con el cloro, ya que se convierte en oxígeno. De esta manera, disminuye su concentración en la atmósfera y ésta se vuelve más débil para filtrar los rayos ultravioletas.

El cloro es utilizado por la sociedad en muchos ámbitos. Por ejemplo, el gas que contiene un aire acondicionado o un aerosol, es cloro. El cloro forma parte del gas CFC (cloro fluor carbonato), que la sociedad libera a la atmósfera permanentemente. Es así como, la concentración de CFC en la atmósfera produjo la reducción del ozono.

¿Por qué el debilitamiento de esta capa ocurre particularmente en la Antártida?

Para que el cloro transforme al ozono en oxígeno debe existir luz solar. Sabemos que, en ambos polos, existen muchos meses de luz permanente, por lo tanto, desde el inicio de la primavera, este fenómeno se potencia. Sin embargo, el polo sur está más afectado que el polo norte, ya que, por la rotación de la Tierra, se genera una especie de embudo que atrae a los vientos de distintas partes del planeta a la zona del sur, llevando más concentración de CFC.

Acciones para evitar un mayor deterioro

A nivel mundial, el problema de la capa de ozono comenzó a ser tratado en 1985, cuando veinte países firmaron en Viena el Convenio para la Protección de la Capa de Ozono. Dos años después se suscribió el Protocolo de Montreal, que establece un cronograma de reducción de los CFC, hasta su eliminación total.

Durante la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente ocurrida en Río de Janeiro, Brasil, en 1992, Australia planteó el problema que la afectaba y fue escuchada por el resto del mundo. De esta manera, se tomaron más medidas para reducir el uso de gases CFC.

Los científicos suponen que entre el 2010 y el 2020 se comenzarán a ver los resultados de la disminución del uso de los CFC. Y que para el 2060, recién se llegaría a recuperar la cantidad de ozono que se ha perdido en tantos años.