El arte funciona como un catalizador, que moviliza y atrae a los niños y jóvenes, y que permite integrar y hacer significativos conocimientos y valores. Las actividades artísticas suman múltiples beneficios en las diferentes etapas de formación de niños y adolescentes, en el desarrollo de sus capacidades y en la motivación del aprendizaje.

Por eso, la educación artística enriquece la formación general de los estudiantes de todas las edades, y su promoción puede hacerse de forma interdisciplinaria, en vínculo con todas las áreas curriculares.

Expresar un mensaje de valor

“Mi Mundo en Colores” permite potenciar la enseñanza artística a partir de una experiencia que favorece la expresión, a través del muralismo, del valor de la educación, de la escuela y de todos los que la habitan a diario. A través de la temática, en esta edición: “Medioambiente y Sociedad”, el certamen ofrece la oportunidad de interiorizar y expresar, a través del arte, un contenido de alto valor social, que repercute en el vínculo de la escuela con su entorno natural y cultural.

La expresión artística de un contenido permite articular su aprendizaje con un compromiso real por parte de los estudiantes, reforzando su formación como ciudadanos sensibles, sustentables, responsables y solidarios. El arte puede ser un punto de unión entre la escuela, los docentes, los estudiantes y las familias: promueve la integración a partir de la cooperación en un proyecto común, reforzando la identidad colectiva de la comunidad educativa.

La creación de un mural escolar permite, además, multiplicar la difusión de este mensaje de valor más allá del ámbito escolar, en contacto con el barrio y toda la comunidad. El diseño del mural cristaliza el compromiso, y refuerza el rol de los estudiantes como agentes de cambio, que pueden promover nuevos valores y transformar su entorno.